Situada en la comarca de la Marina Baja, en la provincia de Alicante, se encuentra Altea, una joya cautivadora de la famosa Costa Blanca. Pasamos un día en Altea y en esta entrada os explicaremos nuestra experiencia.

El casco antiguo de Altea es un laberinto de estrechas y hermosas calles que serpentea hasta la Iglesia de Nuestra Señora del Consuelo. Aquí, las casas están tradicionalmente encaladas, una práctica que refleja el sol y ayuda a mantener las viviendas frescas durante los intensos meses de verano, confiriendo a Altea su inconfundible apariencia mediterránea. Buganvilias, jazmines y otras plantas dan un toque de color a esta villa blanca.

El casco antiguo de Altea cuenta con un recinto renacentista que fue declarado Bien de Interés Cultural en 2013. Esta zona conserva el trazado de 1617, con algunas de sus puertas de acceso al recinto fortificado. Se mantienen edificios de la época y una muy buena arquitectura de los siglos XVIII y XIX.

 

Comenzamos nuestra visita en el Mirador de los Cronistas, desde donde se puede disfrutar de unas vistas panorámicas de la costa sur de Altea y del club náutico. En una esquina, un panel nos recuerda que en la calle Santa Bárbara se encuentra la Casa Cervantes (se trata de una casa construida por Francisco Martínez i Martínez miembro del movimiento literario de la «Renaixenca Valenciana»).

 Desde allí, entramos al antiguo recinto amurallado por el Portal Nou, una de las entradas a la ciudad vieja, que nos lleva directamente a la encantadora plaza de la iglesia.

La plaza está presidida por la Iglesia de Nuestra Señora del Consuelo, con sus icónicas cúpulas de azulejos azules que son el emblema de la ciudad. Desde este punto, nos dirigimos a la Calle San Miguel, una calle llena de encanto donde las casas encaladas y los balcones floridos brindan un ambiente sereno y auténtico. Las plantas bajas de la calle están llenas de comercios diversos.

 

Regresamos a la plaza de la iglesia y continuamos nuestro paseo descendiendo por la Calle Mayor, una de las arterias principales del casco antiguo. Continuamos por la calle Salamanca y llegamos a una pequeña plaza con el Mirador del Portal Vell. Junto a ella está la entrada a la ciudad antigua por el portal viejo. Desde este privilegiado punto, se puede disfrutar de una vista espectacular de la Sierra de Bernia y del Mediterráneo.

Tras explorar el casco antiguo, nos dirigimos a la playa para relajarnos y disfrutar de una agradable caminata por el Paseo Marítimo que cuenta con diversos miradores al mar. Terminamos el día en la Playa de la Roda, una amplia playa de guijarros.

Altea es una preciosa población mediterránea situada en una zona privilegiada. Aunque medio día es suficiente para visitarla, os recomendamos pasear por el casco antiguo en momentos diferentes del día. Por la mañana temprano, los comercios están cerrados y se pasea sin muchedumbres por las estrechas calles de la ciudad. Al aterdecer la ciudad cobra vida, los comercios están abiertos, los bares y restaurantes llenos y las calles con numerosos visitantes que pasean.

Si dispones de tiempo suficiente, puedes explorar las localidades cercanas como:

  1. Calpe, con su imponente Peñón de Ifach, que está a un corto viaje en coche.
  2. La pintoresca Guadalest, con su impresionante castillo de montaña.
  3. Las fuentes del río Algar, un idílico lugar para un baño o un picnic, también son excelentes opciones para una visita de día.
  4. O la visita a la preciosa ciudad de Elche, que cuenta con el palmeral más grande de Europa.

Alojamiento

Nos alojamos en este bonito apartamento del casco antiguo de Altea.

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