Aunque nací y viví en Mallorca hasta lo 18 años, nunca había visitado Cabrera. Había oído hablar de las historias que mis padres explicaban cuando era pequeña sobre sus salidas en llaud a Cabrera para ir a pescar. Este invierno leí un articulo sobre el Parque Nacional del Archipiélago de Cabrera y pensé que sería una buena idea ir a conocer la Isla. En esta entrada os contamos nuestra experiencia.

¿Cuándo visitar el Parque Nacional del archipiélago de Cabrera?

Aunque seguramente la mayoría de la gente prefiera ir en verano, nosotros optamos por ir en abril para evitar el intento calor y la humedad del verano.

El inconveniente principal de ir en primavera es que no nos bañamos, pero la finalidad de esta excursión no era bañarnos, sino conocer el Parque Nacional.

¿Cómo ir a Cabrera?

Se va en barca (golondrinas) desde sa Colònia de Sant Jordi. Nosotros contratamos la excursión con https://www.excursionsacabrera.es/ a través de Internet. Nos dijeron que en verano también salen excursiones desde Porto Petro.

El viaje de ida

Salimos de sa Colònia de Sant Jordi a las 11 de la mañana en un barco cubierto. Éramos 70 personas. Era un día soleado, pero hacía bastante viento. A pesar de que la web de la empresa indicaba que se tardan unos 45 minutos en llegar a Cabrera, nosotros tardamos un poco más de una hora debido a las condiciones meteorológicas.

Al acercarnos al archipiélago vimos los primeros islotes, sa Foradada (con su faro), illot de na Foradada, Na pobra, Na plana i s’lla dels Conills. Debido a la previsión del tiempo (aumento de viento por la tarde), nuestra primera parada al llegar al archipiélago fue sa Cova Blava. Se trata de una bonita cueva a la que se entra con el barco. Las aguas en el interior de la cueva son de un azul intenso. La profundidad del agua es de unos 20 metros.

Durante nuestro viaje de ida a Cabrera uno de los tripulantes, nos explicó algo de historia de la isla.

Parece ser que Cabrera fue el primer campo de concentración de la historia. En 1809, tras la batalla de Bailén y la derrota de los ejércitos de Napoleón en la guerra de la Independencia, un grupo de prisioneros franceses fueron enviados a Cabrera. De unos 10.000 sólo 3.600 volvieron a Francia. Cabrera fue la cárcel de estos prisioneros. Por ello, en la Isla hay un monumento dedicado a ellos.

Años más tarde, en 1890, Cabrera pasó a ser propiedad de la familia Feliu los cuales intentaron instalar el cultivo de vid en la isla. Compraron la isla por unas 300.000 pesetas.

Debido a intereses de la defensa nacional, Cabrera fue expropiada en el año 1916. Gracias a los militares se protegió el entorno natural del archipiélago evitando que se construyera en él. En 1991 fue declarado Parque Nacional Marítimo-Terrestre.

El guia confirmó que en verano se llegan a superar los 40 grados centígrados de temperatura con un 80 por ciento de humedad

El desembarco

Poco después de las 12 del mediodía desembarcábamos en el puerto de Cabrera. Allí se encuentra la cantina, la oficina del Parque Nacional y el albergue (que actualmente está cerrado).

Tras el desembarco, nos esperaba la guía del parque. Nos dio las indicaciones básicas de lo que podíamos y no podíamos hacer y el recorrido permitido ese día.

Información útil

  • Sólo hay dos baños públicos en la isla: el primero está cerca del puerto, junto a la oficina del Parque Nacional. El segundo está cerca de las casas de pagès.
  • Para comprar bebida o comida hay que ir a la cantina, que se encuentra situada cerca de la zona de desembarco, en el puerto.
  • Hay una zona de picnic cubierta, cerca de la playa de s’Empalmador.
  • En la oficina del Parque Nacional se puede conseguir un mapa del archipiélago.
  • Hay pocas zonas con sobra en la isla. En la cantina, en la zona de picnic y a la sobra de algún pino.  En Cabrera predomina la vegetación baja, no abundan los árboles altos. Si visitáis la isla en verano conviene que llevéis una sombrilla y gorras.
  • En el barco vimos un par de carritos de bebé. Sus propietarios los descargaron al llegar a Cabrera y los llevaron durante la excursión.
  • Los caminos señalizados que son los únicos permitidos sin guía, están en buen estado, algunos son caminos de tierra y otros asfaltados, aunque con un asfalto viejo y gastado.

Podéis encontrar los consejos y normas del Parque en este enlace.

El Parque Nacional

Está formado por las islas e islotes del archipiélago y las aguas de su entorno. El Archipiélago comprende la isla principal de Cabrera, la isla Conejera y un conjunto de quince islotes. Sorprenden los acantilados submarinos. Se pueden apreciar bruscas caídas del fondo con paredes verticales que caen hasta los 90 m en la zona de los islotes del sur.

Respecto a la fauna, vimos montones de pequeñas lagartijas de color negro. De la flora, nos llamó la atención La lechetrezna arbustiva que tenia un color rojo.

Nuestro recorrido

Nuestro itinerario empezó subiendo al castillo. En realidad, es una torre de vigilancia que data de finales del siglo XIV. Fue construida para evitar que los piratas acamparan en Cabrera y después fueran a atacar las costas de Mallorca. Desde lo alto de la colina donde está la torre de vigilancia, hay unas preciosas vistas de Cabrera y de Mallorca al fondo. La ascensión es corta, unos 10-15 minutos y fácil.

Del castillo nos dirigimos de nuevo al puerto y fuimos bordeándolo hasta llegar a una pequeña playa de piedras. Allí remojamos los pies un rato y continuamos caminando hasta la zona de sa platgeta. Cerca de allí están las casas de pagès, el museo etnográfico es Celler i la zona de picnic. No pudimos visitar el museo etnográfico puesto que a nuestra llegada había cerrado. Muy cerquita había unos restos arqueológicos al aire libre.

Desde el castillo a la zona de sa Platgeta se tardan unos 30-40 minutos.

Desde allí nos dirigimos a la playa de s’Espalmador. La guía del parque nos explicó que en el puerto había tres playas pequeñas, pero solo la de s’Espalmador era principalmente de arena. Las otras dos eran de guijarros.

Seguimos caminado cuesta arriba hacia Coll Roig para ver la costa sur de Cabrera. Tras la ascensión llegamos a un promontorio desde donde se podía ver el far de n’Ensiola. La bajada al faro estaba prohibida al paso ese día. El faro fue construído entre 1864 y 1868.Se automatizó en el año 1958. Hasta entonces la vivienda del faro estuvo habitada por una familia (els Torrers) que cuidaba las instalaciones. Las viviendas que se observan en la zona norte pertenecieron a los obreros que construyeron el edificio.

No recuerdo exactamente el tiempo que tardamos en llegar a Coll Roig, pero no fue mucho. La subida trascurre por un camino asfaltado, eso si con asfalto gastado. No hay zonas de sombra.

Lo mejor/ lo peor de la excursión

  • Lo mejor fue sin duda bonito paisaje casi virgen del parque natural. La tranquilidad y el silencio que reina en la isla.
  • Lo peor fue la hora y 15 minutos de barco principalmente a la vuelta, puesto que el mar estaba bastante movido. Alguna de las chicas se mareó e incluso vomitó.