Continuando nuestro viaje por el sur de la India, desde Mysore cogimos el tren hasta Chennai (antigua Madrás), capital del estado de Tamil Nadu, situada en el golfo de Bengala. La ciudad, algo más pequeña que Delhi o Munbai, fue fundada en 1693 por la compañía británica de las Indias Orientales.
En Chennai visitamos la playa Marina, una de las más largas del mundo. Es una playa de arena muy blanca donde se pueden comprar caracolas de mar de tamaño considerable. También visitamos la catedral de Santo Tomas (1896), que fue construida en el lugar donde se encontraba una antigua iglesia nestoriana. Actualmente, en la iglesia hay una cripta que se dice contiene los restos de Santo Tomas. Por último, visitamos el templo de Kapaleeshwarar en Mylapore, que está dedicado a Shiva y tiene entre 300 y 400 años de antigüedad. No obstante se cree que en la zona del templo existía otro templo más antiguo, puesto que Ptolomeo lo mencionó el siglo II d.c. El templo más antiguo estaba situado en la costa, pero se cree que fue dañado tras la llegada de los portugueses. Podéis encontrar información sobre Mylapore aquí.
En Chennai, también se puede visitar el fuerte de San Jorge, el primer fuerte construido por los británicos en la India (1644) en la costa de la antigua Madrás. La construcción del fuerte propició posteriores asentamientos que fomentaron el comercio de la zona. El nombre del fuerte conmemora la fecha de su finalización el 23 de abril. En el interior del fuerte se encuentra la iglesia de Santa Maria, la iglesia anglicana más antigua de la India (1678-80). Desde Chennai partimos hacia el complejo de templos de Mamallapuram situado al sur de la ciudad, a unos 58 Km. Mamallapuram, también llamada Mahabalipuram, era el puerto más importante de la dinastía de los Pallava, que gobernaron esta región entre los siglos VII i X d.c. En la antigüedad, Mamallapuram era conocida como las “siete pagodas” por los marineros de la época, porque en la orilla de la playa se alzaban una serie de templos construidos en piedra. Actualmente sólo sobrevive el templo de la orilla, dedicado a Shiva, y 8 estructuras monolíticas, y cuando nosotros lo visitamos el templo de la orilla estaba siendo restaurado. A la salida de Mamallapuran, hay artesanos que tallan figuritas de los dioses hindús en piedra.
A continuación nos dirigimos hacia Kanchipuram. La ciudad es una de las siete ciudades más sagradas de la India, también conocida como “la ciudad de los templos dorados” y uno de los lugares de peregrinaje más importantes. Hay más de 100 templos, la mayoría dedicados a Shiva y Vishnu. Nosotros visitamos el templo de Vaikuntha Perumal, contruido en la época de los Pallavas (s. XII) y dedicado a Vishnu.
Desde Kanchipuram siguiendo hacia el sur nos dirigimos a Pondicherry, una antigua colonia francesa establecida en la India en el siglo XVII, que fue trasferida a la India en 1954. Pondicherry es conocida por ser un lugar de meditación, de yoga, de búsqueda de la paz interior y de espiritualidad. Esa es la razón principal por la que muchos viajeros acuden a esta ex-colonia francesa. En Pondicherry visitamos el centro de Auroville situado a las afueras de la ciudad y la casa donde Aurobindo Ashram se dedicó al yoga y a la meditación a principios del siglo XX. Sri Aurobindo desarrolló un método nuevo de meditación al que llamó yoga integral. En 1926, con la ayuda de su colaborador espiritual, “la madre” fundó el Sri Aurobindo Ashram. Podéis encontrar información aquí sobre la casa donde vivió aquí. Esta ultima parte a nosotros no nos gustó demasiado, pero para gustos… los colores. Osos de Viaje.


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