Viajamos por primera vez a Yunnan en verano de 2007. En aquella ocasión volamos desde Hong Kong para visitar Kunming, Dali y Lijiang. Recuerdo ese viaje con nostalgia. Fue un viaje por libre, duro por las dificultades de comunicación. No obstante, recuerdo el Yunnan del Norte como una provincia preciosa.
En verano de 2019 decidimos volver a China, concretamente a Yunnan. ¿Por qué? Porque como era una provincia que ya habíamos visitado, el viaje se planteaba a priori más fácil. Además el clima de Yunnan del Norte es templado, debido a la altura a la que se encuentran Kunming, Dali y Lijiang.
Había leído que Lijiang había cambiado mucho. Que los turistas chinos llegaban en masa y llenaban sus estrechas calles. También había leído que muchos viajeros recomendaban visitar Lijiang a la salida de sol para tener tranquilidad (lee nuestra entrada sobre nuestro viaje a Lijiang en 2007). Comentarios similares de otros lugares de China aparecen frecuentemente en foros y blogs de viajes. La verdad, es que no pensé que el turismo masivo chino hubiera llegado a Dali. ¡Ingenua!.
Llegamos a Xiguan (la Ciudad nueva de Dali) por la noche, en tren procedente de Kunming (lee nuestra entrada sobre Kunming 2007). Cogimos un taxi que nos llevó a la antigua ciudad de Dali donde estaba nuestro hotel. A medida que el taxi salía de Xiguan me fui dando cuenta de los cambios que se habían producido en la zona en 12 años. La ciudad nueva se extendía por la zona oeste del lago Erhai. La antigua ciudad de Dali y la nueva prácticamente se tocaban. La urbanización de lo que hace 12 años fueron campos, había crecido a un ritmo espectacular.
Al entrar a la antigua ciudad de Dali, llegó la gran decepción. La mayoría de los bajos de las casas se habían convertido locales como restaurantes, bares de copas o locales con música en vivo. Y lo peor de todo, estaba lleno de gente, de turismo interno y había mucho barullo y ruído. Lo que vi me recordó mucho a lo que he visto siendo niña en Mallorca con el auge del turismo en los años 1970s. Zonas como s’Arenal se convirtieron en lugares feos, llenos de hoteles, bares, restaurantes y tiendas de souvenirs, que venden todas los mismos recuerdos feos, que nada tienen que ver con Mallorca. Pues bien, Dali me recordó a uno de esos lugares que crecieron en España con el turismo de masas. El problema es que con el progreso y con la transformación esos lugares se convirtieron en sitios feos. Y creo que eso mismo ha pasado en Dali.
Vídeo sobre Dali 2019
Si quieres ver como ha cambiado la antigua ciudad de Dali en los últimos 12 años (2007-2019) mira nuestro vídeo.
¿Cómo era Dali antes (2007)?
La antigua ciudad de Dali estaba rodeada de campos. La Ciudad estaba y está amurallada y fuera de la muralla había pocos edificios bajos pintados de blanco. El espacio entre la Antigua Ciudad de Dali y el recinto de las tres pagodas eran campos de cultivo. La carretera que conectaba Xiguan con Dali era de un carril para cada sentido. En los campos se veía trabajar a la gente. Algunas mujeres vendían mazorcas de maíz hervidas al lado de la carretera. Lee nuestra entrada sobre nuestro primer viaje a Dali (Yunnan).
La ciudad antigua de Dali era un lugar tranquilo. Allí llegaban algunos turistas extranjeros, a menudo mochileros, que se alojaban en los pequeños hoteles y pensiones que había en el centro. También vimos algunos turistas chinos independientes. Había algunos cafés con un aire chill out y algunas tiendas para turistas. Lo mejor es que había muy poca gente. Podías pasear por la ciudad tranquilamente, subir a la muralla etc.
Ciudad antigua de Dali (Yunnan) en 2019
Todo eso ya no existe. En verano de 2019, lo que había leído que pasó con Lijiang ha llegado a muchos otros lugares de China, entre ellos Dali. La Ciudad está llena de turistas chinos, tanto de día como de noche y por tanto la ciudad se ha adaptado a los gustos de la creciente demanda interna. Los bajos de las bonitas casas blancas son tiendas de souvenirs para ese turismo interno. Incluso los pueblos proximos a Dali como Xizhou, que a priori se presentaban como una alternativa para salir del bullicio, también estaban llenos. Los autocares llenos de turistas llegaban a primera hora de la mañana. Otros turistas chinos con más poder adquisitivo iban en vehículos todo terreno nuevecitos por los alrededores del lago.
No me ha gustado Dali de 2019. Pero he tenido que llegar allí para ver por mi misma como habían cambiado las cosas. A decir verdad, me ha parecido mucho más interesante la ciudad de Chongqing que lo que he visto en Yunnan.
Tras comprobar que no nos gustaba lo que encontramos en Dali, decidimos alejarnos de la antigua ciudad de Dali. Solo la utilizamos para ir a comer y cenar.
No alquilamos bicicletas para ir hasta el lago Erhai. En primer lugar porque nuestro hijo pequeño no sabe pedalear aún sin ruedecitas. En segundo lugar porque no encontramos bicis adaptadas o con asiento para peques. Y en tercer lugar porque el tráfico cerca de Dali nos pareció bastante caótico para ir en bici con los niños.
Volvimos al cinturón de Jade, esta vez desde el teleférico de Gantong. El cinturón de jade es un camino serpenteante de niebla que corta en dos partes la montaña Cangshan. A la altura de la niebla se ha construido un camino de más de 6 Km que recorre la montaña de norte a sur. A lo largo del camino hay desvíos que te llevan a rincones espléndidos. Como no madrugamos (aún teníamos jet lag), tuvimos que hacer media hora de cola para poder subir al cinturón. Una vez en la montaña, nos quedamos prácticamente solos paseando por el bonito camino que bordea la montaña Cangshan. Nuestra intención era llegar hasta Seven Dragon daugher’s Pond, pero al comprar los billetes en Gantong nos dijeron que no podíamos bajar por esa estación. Por tanto, tuvimos que deshacer nuestro camino y volver a bajar utilizando el teleférico de Gantong.

Nos despedimos de Dali y de Yunnan con un amargo sabor de boca. Nos dirigimos al aeropuerto de la ciudad en un día soleado. Dali cuenta con aeropuerto que lo conecta con ciudades como Kunming o Chongqing. En 2007 no existía el tren de alta velocidad que conectara Kunming con Dali. Por ello el trayecto se hacía en autocar o avión.
El aeropuerto no había cambiado mucho, seguía siendo un pequeño aeropuerto. No tuvimos que esperar mucho para pasar el control de seguridad ni para facturar nuestras maletas. Nuestro avión iba medio vacío.
Recientemente he visto algunos anuncios de viajes organizados a China, algunos a Yunnan. Me ha llamado la atención los que anuncian dicho viaje como “ Yunnan: el viaje a la China desconocida”. Eso ya no es así, al menos para el turismo interno que lo conoce muy bien.



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